Hola amigos.
Hoy os traemos la reproducción de una obra impresionante, tanto en su composición como en su ejecución, estamos hablando de «La feria del caballo» de la pintora academicista, Rosa Bonheur.
Reproducción que hemos pintado al óleo sobre lienzo, con unas medidas de 71 x 150 cm.
Ha sido un trabajo impresionante y que nos ha llevado más tiempo del normal por su cargada composición y por su realismo, aunque hemos disfrutado como siempre.
Estuve un día mirando el original, escudriñando cada rincón, cada personaje, estudiándolo cromáticamente, qué pintó después de la mancha y me di cuenta que iba a ser una reproducción que llevaría tiempo, sobre todo por su realismo.
Los academicistas eran extremadamente metódicos y así hemos trabajado, con su método.
Después de la mancha, aplicar veladuras hasta conseguir el resultado deseado y al final como siempre, los detalles más pequeños.
La composición como caracteriza a los academicistas, es muy equilibrada, la lejanía viene de izquierda a derecha aunque los personales están colocados linealmente, o sea, una línea paralela al lienzo.
Cromáticamente Bonheur rompe el lienzo a la mitad, colocando los caballos más oscuros en la mitad izquierda y los blancos en la mitad derecha.
Esperamos que os hay gustado.
El cuadro original
La feria del caballo es una obra maestra de la pintora francesa Rosa Bonheur, creada en 1852-1855.
En esta monumental pintura, Bonheur retrata una escena vibrante de una feria de caballos en París, mostrando su talento excepcional para capturar el dinamismo y la majestuosidad de los animales, especialmente los caballos, los cuales fueron un tema recurrente en su carrera.
La obra destaca por su tamaño y nivel de detalle, pues mide aproximadamente 2,5 x 5 metros, y por la energía y realismo con los que Bonheur representa tanto los caballos como las figuras humanas. Inspirada en varias visitas a ferias de caballos y un estudio profundo de la anatomía equina, Bonheur se ganó el respeto en un campo dominado por hombres y llegó a ser una de las artistas más reconocidas del siglo XIX.
Rosa Bonheur tuvo que solicitar un permiso especial para vestir ropa masculina, lo que le permitió trabajar en la feria sin llamar tanto la atención y moverse con libertad para estudiar a los animales en detalle.
Su dedicación y minucioso estudio hicieron que la obra fuera un éxito rotundo, consolidando su prestigio. Hoy en día, La feria del caballo se conserva en el «Museo Metropolitano de Arte en Nueva York».
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