Hola amigos.

Ya sabéis que utilizamos este blog para mostraros nuestras reproducciones, además de para escribir artículos didácticos, biografías y un poco de historia del arte, todo desde la más absoluta modestia.

Hoy os traemos la reproducción de «El café de noche», una obra de Vincent Van Gogh.

Os contaremos como lo hemos pintado y un poco de la historia de esta obra.

Hemos pintado esta reproducción, al óleo sobre lienzo, como no podía ser de otra forma, tratándose de una obra de Van Gogh, con unas medidas de 70 x 89 cm, un poco más pequeño que el original.

Dentro de la complejidad que conlleva pintar una reproducción de Van Gogh y sabiendo que podía pintar un cuadro en un día, lo primero, es estudiar bien el original.

Estudiar las zonas que pintó sobre una primera pintura en seco y las zonas en que pintó sobre una mancha en fresco.

Hay veces que se ve claro, como por ejemplo las pinceladas que pinta alrededor de las lámparas, la mayoría sobre la pared roja, las ha dado en seco.

Pero hay otras veces que no se ve tan claro, aunque también es posible que la base esté semiseca.

Hay pinceladas con mucha textura, hay pequeñas zonas en que se ve el lienzo, en fin quiero decir que la mera observación del original para poder replicarlo, es apasionante.

Ya sabéis mucha observación y práctica.

Esperamos que os haya gustado.

El cuadro

«El Café de noche» de Vincent van Gogh que se encuentra en la «Galería de Arte de la Universidad de Yale» es una obra emblemática pintada en Arlés en septiembre de 1888.

En esta pintura, Van Gogh representa el interior del Café de la Gare, un lugar que frecuentaba y que era un punto de encuentro para delincuentes, borrachos, prostitutas, drogadictos y artistas.

La obra muestra una escena con clientes sentados en las mesas a lo largo de las paredes, con un camarero de pie frente al espectador, con ropa blanca.

Van Gogh utilizó colores intensos y complementarios, como el rojo inglés y el verde veronés, además de los amarillos y ocres de las lámparas de gas y las tablas del suelo, para transmitir la atmósfera sombría y poderosa de la taberna.

Esta obra se considera una de las obras maestras de Van Gogh y refleja su estilo impresionista y su habilidad para plasmar sus emociones en sus pinturas.

La perspectiva distorsionada de la escena, que se nota sobre todo en la mesa de billar y el uso de colores sugestivos son elementos destacados de esta obra, que refleja la intensidad emocional característica de Van Gogh.

Van Gogh solía trabajar también de noche, esta obra es una de las que pintó de noche en Arlés, la realizó en tres sesiones.

El original tiene unas medidas de 72,4 x 92,1 cm.